18/5/12

Ley de transparencia

LEAN ESTO, ME PARECIÓ MUY INTERESANTE, POR ESO LO TRANSCRIBO.


Se está debatiendo una ley sobre transparencia, que intenta ponerle fin a la corrupción .

Ciertamente, la transparencia se sitúa en el desiderátum de la humanidad realizada.

Y es que la hominización consiste precisamente en eso, que unos seres radicalmente únicos y diferentes, se integren mediante una comunicación mutua.

Pero bajemos de la filosofía a la historia, y a la historia contemporánea, y al momento actual, la crisis mundial.

Para muchos economistas se trata de una crisis de confianza en los mercados.

Confianza.

La confianza viene de la raíz “con-fe”.

Y es que para con-vivir, es preciso con-fiarse, quitarse la coraza protectora, transparentarse

Pero volvamos al aquí y ahora de la crisis de confianza.

En estos días se está debatiendo una ley sobre transparencia, que intenta ponerle fin a la corrupción .

Se propone una serie de medidas encaminadas al control de las actividades de las personas que ostentan poderes públicos, para evitar su confusión con los intereses privados.

La serie de medidas que se proponen, van en la línea de la transparencia de la gestión pública

En la realidad práctica, no está siempre clara la línea divisoria entre el interés público y el interés privados.

Y ello es evidente en el caso de la gran acumulación de capital y de poder de las corporaciones multinacionales.

Posiblemente uno de los grandes instrumentos de la confusión, la no transparencia, la ocultación, sea el invento llamado “”sociedad anónima”.

Consiste en crear una entidad, un ser que en el mundo del derecho disfruta de los derechos protectores de su intimidad de la persona humana, pero que al mismo tiempo es cauce de acumulación de capital y consiguientemente de poder que sobre pasa infinitamente la capacidad de una persona

El anonimato de ese poder, entra en contradicción con la transparencia.

Propugnamos introducir en el actual debate sobre el proyecto de ley de transparencia, que la acumulación de capital en una entidad ficticia, no sirva a para ocultar los nombres concretos responsables del poder que se ejerce.

Apostar por la transparencia en la era actual del ciberespacio, significa que el conocimiento del nombre de los dueños y titularidad de las acciones o participaciones en las sociedades, o entidades jurídicas, reconocidas como “personas” en el mundo del derecho, esté al alcance del conocimiento de cualquier ciudadano.

Esa es la ley de transparencia que pedimos: que cualquier ciudadano pueda consultar en internet quienes son las personas de carne y hueso, que deciden en ultima instancia.

Hoy la informática nos lo permite. Sólo basta querer.



José Valdivia.

Valparaiso, marzo 2012.









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