30/6/07

MITOS ARGENTINOS




Revalorizó el Mito, que la mayoría de la gente interpreta como falsedad o mentira. Jung, gran estudioso de los mitos de muchas culturas se preguntó si las personas pueden vivir sin mitos. Y dice Mito es lo que se cree siempre, en todas partes y por todos. Y sostiene el que cree que no lo tiene es un desarraigado, desvinculado de la humanidad. Supo con certeza que todo ser humano tiene su mito propio. Así después de estudiar los suyos y los de sus pacientes sostuvo, contra muchos de los estudiosos de su época, que los mitos, como los sueños, son expresiones humanas de ese gran hallazgo que es el Inconsciente Colectivo.
Que se rige por leyes, tiempos y espacios propios, sensaciones, percepciones, aprehensiones de vivencias, interpretaciones, parábolas, metáforas. Son relatos, cuentos, leyendas con profunda sabiduría, hierofánicas, al decir de Mircea Eliade, están estuvieron y estarán, transformándose continuamente en todos los pueblos y culturas desde que el hombre apareció en la tierra.
Al trabajar con sus pacientes, encuentra una constante: el eterno interrogante sobre el sentido religioso y la necesidad de trascendencia. Y surge algo curioso, desde la Psicología llega a resultados semejantes al dominico Johannes Tauler en el año 1300. Liga la religión con la Psicología y se pregunta si la religión con sus dogmas y prácticas llevan a las personas a la sanación o la enfermedad. Cuando habla de Individuación sostiene que es el proceso que produce un individuo psicológico, es decir una unidad independiente e indivisible, un todo. Jung entiende que durante la primera parte de la vida un ser fortalece su yo y se preocupa más por los objetivos materialistas y descuida los valores más humanísticos. Hacia la segunda etapa de su vida sale de la sombra hacia la luz. Amplía su conciencia. El yo vuelve a su origen para llegar al Si Mismo al Selbst, En realidad este es el objetivo del proceso de individuación Eterno interrogante ¿se logra? Y con ganas y mucho esfuerzo se intenta: Con la relativización de la persona, la aceptación y reconocimiento de nuestra sombra, del ánima, del ánimus. La aceptación del sufrimiento, de la muerte abriéndose a la trascendencia y lograr el equilibrio necesario para llegar a la sabiduría del viejo sabio. Cuando debí hacer mi tesis doctoral, sentí que Jung me llevaba de la mano en el sentido verdadero.
Por historia personal con generaciones mezcladas de españoles, indígenas y hasta afro americanos desde el 1600, me puse a estudiar las creencias del Noa, de Santiago, mi patria chica un hermoso acervo , que bajo las más variadas apariencias mostraban una común predisposición a cristalizar en los mismos cauces. Esos ejes de cristalización se me impusieron como modelos semejantes. Clarísimo, son los Arquetipos, la expresión del Inconsciente Colectivo, que al decir de Jung, es la posibilidad heredada del funcionar psíquico, Cuando yo, ustedes, la persona común, el primitivo, el poderoso, el hechicero, el artista sueña, desde los más profundos arcanos del Inconsciente Colectivo surgen imágenes simbólicas, con posibilidades de representación, generadores de energía y orientadores, si se saben escuchar y ver del proceso de individuación. Son formas activas, energéticas que preforman e influyen en el sentir, pensar, percibir e intuir de los seres humanos. Y estudiamos las leyendas de cavernas las salamancas, de los árboles cósmicos, de los centros sagrados y laberintos, de los pactos con el diablo, de las leyendas de la piedra y el fuego, de las transformaciones zoomórficas, de las astrales y cosmogónicas, de las de culpa y de los rituales de muerte.Fueron tres años de trabajo, los más placenteros de mi vida. Cerraba el círculo del eterno retorno.
Creo que hay cosas de nuestra vida a la que no debemos renunciar: nuestra lengua, nuestra historia, nuestras culturas, las tradiciones. Los universos simbólicos que fundan nuestra vida personal y social. Nos hace falta conocernos y respetarnos más. Para concluir una reflexión: esta pretendida aldea global no es tal, la globalización es más virtual que real y no implica el fin de las desigualdades, al contrario las profundiza. O acaso es lo mismo nacer en Haití que en Suecia. Y como soy una eterna enamorada de Argentina, digo como esa hermosa canción que canta un grupo español, la quiero, la amo, la elijo y la volvería elegir.
Termino citando unos conceptos optimistas e irónicos de Fernando Savater. A los humanos nos encanta imitarnos los unos a los otros. Lo hemos hecho siempre, desde siglos. Precisamente a esta manía debemos la civilización. Pero que nadie se preocupe por la diversidad, pues sabe reproducirse vigorosamente y sola. Del homogeneizador Imperio Romano venimos los españoles, los italianos, franceses, ingleses, alemanes y argentinos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Teresita....para agradecerte.

Dra. Teresita Faro dijo...

Miguel:

Para agradecerte yo. con tu música , con tu entrega y tu talento nos sentimos orgullosos y muy cerca de tu verdadera esencia. SOS UN GRANDE
Teresita