Las dueñas y los dueños del agua

Me referiré ahora a antiguas leyendas sobre los dueños de la naturaleza. Hoy quiero contarles sobre las dueñas del agua dulce. Y esto viene como primer tema a raíz de reflexiones de mis amigos españoles y canarios que de visita en nuestro país, lamentaban la escasez de agua potable, que sufren y hablaban de nosotros los habitantes del país de las maravillas, especialmente de las enormes reservas de agua que tenemos. ¿Somos concientes de ello? Que debemos cuidarla, no nos cabe duda, que debemos concientizarnos y no dejar que también se vayan apropiando de ella y de las reservas acuíferas. Sostienen algunas de estas leyendas que la Madre del Agua o Yacu Mama (del quechua Yacu: agua o las Sirenas cuidan los ríos, los ojos de agua, que aparecen en medio de los campos o montañas, de las lagunas y lagos. Las cuidadoras del agua suelen ser las Sirenas, mitad, son en su torso superior hermosas mujeres y mitad peces en la inferior. Rubias, cantan hermosas melodía y peinan sus largos cabellos con un peine de oro, los ojos de agua y las vertientes son los lugares donde se miran desde abajo. ¿Qué cuidan? La pureza de las aguas y la riqueza enorme de peces que guardan en sus entrañas. Pero suelen enojarse y mucho, cuando envenenan sus aguas o cuando los pescadores inescrupulosos y codiciosos pescan en demasía o matan a sus riquezas. Es entonces cuando las Sirenas, diría yo las madres de la ecología, enloquecen a los hombres con sus cantos y su belleza y los llevan a las profundidades ahogándolos y haciéndoles perder la vida que no respetaron. Han transgredido y se han burlado, han robado, no han acatado los valores del equilibrio, de la ecología. Debemos entender que cuidar la naturaleza es cuidar nuestro hogar y a nosotros mismos.

Rodolfo Kusch nos dice que el hombre americano siempre se ha sentido hijo de la tierra y la ha respetado. En otras versiones nos relata el gran folklorólogo Félix Coluccio, que es una Sirena que suele arrojar piedras al que se le acerca, no se sabe si así ataca o se defiende.
En la laguna Iberá (de muy especial interés para nosotros) el Iyara, es el señor de las aguas. Los lugareños se lo figuran encerrado en la Curuyá, boa constrictor de hasta siete metros de longitud, que habitan en el lugar, Los mapuches invocan el Nguillatún a Milla Kalkin como espíritu cuidador de las aguas. Como en nuestra vida no existen las casualidades, sino la sincronicidad, como dice mi gran maestro Jung, leo en la revista Noticias del 7 de julio de este año un artículo llamado Gringo ataca, es sobre el Sr. Douglas Thompkins, millonario norteamericano, que ha montado una serie de fundaciones. Ha comprado 400 mil hectáreas en Chile, 120 mil en la Patagonia y la Constitución correntina , por una reforma del 13 de junio prohibe a los extranjeros, sin residencia permanente, adquirir más tierras en la laguna del Iberá, por considerar que además de un sitio estratégico es la tercera parte de la reserva mundial de agua potable y que ella esté bajo las tierras correntinas de este señor, siembra grandes dudas. Además de usufructuarlas y dar trabajo, promete devolverlas a los países como parques nacionales. Ahora está muy enojado, pues sostiene, que es un verdadero ambientalista y que el equilibrio de los ecosistemas debe ser la contraparte del equilibrio de las economías. Estos son simplemente los hechos. Ah, si que el Gobierno de Chile lo ha declarado persona no grata y que se siente perseguido. Lo que si me deja más allá del asombro , es que sus vecinos de la zona siembran más dudas: ya que la familia del presidente George W.Bush también ha comprado hectáreas del lado paraguayo del acuífero.
Me pregunto ¿Quiénes son responsables, ellos o nosotros que no tomamos conciencia de lo que nos está sucediendo?. Reflexionemos y divulguémoslo….por favor.